Este es el primer contacto que tengo contigo y quiero contarte un poquito de mí y de lo que quiero compartir en este blog.

Me llamo Alexandra Azevedo, tengo 46 años y vengo de Brasil, específicamente de Santos, la ciudad del famoso club de fútbol que jugó Pelé (de este tiempo soy 🤩) y Neymar.

¡Nací peluquera! ¡Sí, sí, yo nací peluquera!

A los 8 añitos ya le hacía maquillaje, manicura y cortes vascos a mis muñecas, digo que eran vascos porque nadie les entendía, sólo yo veía lo artístico que era, sin contar lo que me hacía en la cabeza; mi mamá y su peluquera casi se morían de risa.

No siendo poco, mi abuelo era mi conejillo de Indias en las barbas pues le afeitaba con cuchilla cada semana, e increíblemente no le cortaba (creo que por el miedo ya que él era diabético) y hoy, gracias a él soy barbera también. ¡Me encanta dibujarlas!

 

Peluquería Cocada | Somos la peluquería de los #RizosReales

Con 11 años di comienzo a mi vida laboral en el salón de Célia; la peluquera de mi mamá y mía por herencia, ya que nuestras primeras peluqueras son heredadas de nuestras mamis; haciendo uñas y cejas y de allí fue creciendo en todas las áreas de la profesión, aprendiendo de una mujer que para ella la peluquería era su vida entera.

Aprendí peluquería, aprendí a cómo comportarme ante los clientes, a escucharles, aprendí a ser aún más exigente, a hacer las cosas lo mejor que puedo, a tratar a los clientes con amor y respeto dándoles lo mejor de mi profesionalidad y de mi persona, aprendí a amar la peluquería en toda su esencia y, que siendo peluquera yo podía tener todo lo que quisiera. ¡Estas y otras cosas me enseñó Célia, mi musa!

A pesar de que Célia siempre me dijera que sacara el título, no fue hasta los 21 que me formé en Estética Facial y Corporal en Las Palmas de Gran Cañaría en la Academia Juli y solo a los 26 estudié Peluquería en Pívot Point Bilbao, y lo hice porque aquí en España yo no podía ejercer sin titulación, cosa que agradezco pues en Pívot Point pude aprender maravillas del cabello que no conocía, además de aprender a trabajar el cabello europeo y asiático, que es muy diferente de los cabellos que estaba acostumbrada.

¡Nuria fue la mejor profe que tuve allí y hasta las posturas me corregía!

Peluquería Cocada | Somos la peluquería de los #RizosReales

Con ella aprendí a diferenciar las necesidades de cada clientes y contarles el qué y el porqué de las cosas; a decidir si cortar un cabello con navaja o tijera, a utilizar técnicas de visagismo, y sobretodo a ser súper exigente comigo misma.
¡En esta fase mi enriquecimiento ha sido brutal!

Y a día de hoy no he parado de hacer formaciones en pro de mí, de mis clientes y de mí equipo. Hace 14 años que dirijo Cocada, un pequeño salón que nació en el Casco Viejo de Vitoria y hoy está situando en Portal del Rey ya que hemos crecido.
Y sigo soñando!!!

Si no tienes sueños estás muert@, ¿lo sabes?

Y te preguntarás qué es Cocada y porque este nombre, pues te cuento: cocada es el dulce de coco más delicioso que existe, es mi dulce preferido en el mundo y por eso mi salón se llama así. ¡Amo las cocadas y amo ser peluquera!

 

Ser peluquero es mucho más que cortar o hacer un peinado, ser peluquero es el arte de amar a través de la belleza.

Va más allá de dejar a alguien más guap@, es ser psicólogo, consejero, confidente, amigo, es sacarle una sonrisa a alguien cuando está deprimido, es hacerle sentirse bell@ por dentro porque le recuerdas lo guap@ que es no solo por fuera, es poner tu hombro para que lloren y darles un abrazo cuando con sus ojos te lo piden.

Ser peluquero es escuchar con oídos de amor y detectar las necesidades de la persona que está delante de ti, que no siempre es un cambio de imagen!

Yo creo firmemente que la belleza está dentro de cada uno y es necesario sacarla. Tu cabello, tu rostro, tu estatura, tu peso pueden ser o estar mejor o peor, pero si tú estás bien por dentro siempre te sentirás guap@ a pesar de las circunstancias.

De eso hablaré, de sentirnos bell@s y de estar más guap@s. La vida es hermosa y poder vivir es un regalo diário. ¡Valorémoslo!

¡Nos vemos pronto hermos@!
¡Gracias!